#Reseña: Tipos duros – Andrés Ortíz Tafur

SINOPSIS

Un hombre sentado frente a un grifo que pierde agua, aguardando a que se sequen los ríos, los mares y los océanos; un integrante de una célula terrorista mendigando en la calle, por falta de trabajo; la chica del tiempo de un canal televisivo, que informa de un brusco descenso de las temperaturas, mientras el resto del mundo atiende solo a su sexo; un matrimonio roto y un negro subsahariano, con la amargura apuntalada en el fondo amarillento de sus ojos, conviviendo en un colchón sobre un somier… ¿En qué medida somos fieles a nosotros mismos? ¿Por qué no nos basta la mentira para sobrevivir?

Hace
unas semanas se dieron a conocer las estadísticas sobre venta de libros por
géneros y destacaba por bajo el número de libros de relatos que se vendían,
menos de un 2% del total. Y cuando digo destacaba no lo digo porque no se sepa
que vender un libro de cuentos en la actualidad es casi una quimera, bueno, vender
un libro cualquier se podría decir que lo es.

El
dato no hablaba del total de libros de relatos que su publican y ese 2% está
como un poco vacío de contenido estadístico, ya me entendéis, pero puede servir
para felicitar a enamorados entusiastas de los relatos como Andrés Ortiz Tafur
que sigue golpeando la piedra hasta publicar en condiciones y a una editorial
como La Isla de Sistolá que confía en el autor y lo publica.

Tengo
claro que Andrés no hará perder ni un euro a la editorial. Tengo claro que
mediante su presentaciones e ir currándose la carretera conseguirá vender para
no perder y tengo claro que el boca-oreja hará que incluso pueda ganar y la
editorial pueda seguir confiando en él y seguir publicando libros de relatos.

El
género del relato se debe cuidar más, pues creo que en muchos de ellos
encontramos la esencia de los escritores que se exprimen el celebro para
sintetizar en una pocas páginas una historia y lo dice otro enamorado de los
relatos.

Y
los lectores deben atreverse a comprar más libros de relatos y darles el valor
que merecen y no considerarlos como el hermano pequeño.

Y
hablando de atreverse, ¿por qué no empezar por Tipos duros?

Cuando
acabé de leer el primer relato no pude aguantarme y publiqué en Facebook: «Dice
Andrés Ortiz en el primer relato de su nueva antología que la fuerza de la
inercia es mala compañera. Genial inicio. Como todos sean así». A lo que
contestó Paco Romero, fiel seguidor del jienense: «ese primero roza un
diez…el segundo es más de nueve y medio…luego ya va en gustos del
lector…pero apunta otras maneras…es más canalla..da más giros…sorprende
mucho más…y ya era más que bueno…eso de la locura…estoy deseando que
llegue la noche para ese tercero…».

Creo
que Paco lo borda y casi no se debería contar mucho más sobre Tipos duros. Estoy de acuerdo con él al
100%.

Y
es que la antología se inicia con tres o cuatro relatos de esos para enmarca,
de esos que los lees y te hundes en el sofá por su genialidad, por cómo utiliza
las palabras y una elegante forma circular de volver a repetir las acciones
para que queden grabadas en el subconsciente del lector y hagan su efecto
final. Luego, como cuenta Paco, Andrés transita terrenos más pantanosos, más
peligrosos en los que la imagen final lo es casi todo, pues acabas y te rompe,
necesitando unos segundos para pensar.

Relatos
que hablan de lo cotidiano, pero cocinado a conciencia por el autor para
convertirlos en fábula. Esa cotidianidad los hace próximos y por ello, en
algunos casos, más dolorosos como cuando nos habla de lo triste es la vida
cuando todo sucede por inercia, cuando nada se cuida, cuando el amor está sin
más, cuando se tienen relaciones por cumplir. Miras a tu alrededor y te das
cuenta que lo has visto en cientos de parejas y que con el paso del tiempo se
separan, quizás siendo esta la solución menos mala.

Creo
que una antología puede tener más fuerza que otra cuando el conjunto de los
relatos apuntan a un objetivo y creo que Andrés lo tenía claro desde el
principio: escribir relatos que fueran fotografías de esos tipos duros que
pueblan el mundo.

Pero
cuando hablamos de tipos duros no os penséis que son de esos de partir nueces
con los bíceps; el concepto va mucho más allá.

Tipos
duros que más bien parecen tipos jeta por no asumir las consecuencias de sus
actos; tipos duros que dicen no tener que justificarse y se pasan las horas
dando explicaciones de lo que han hecho; tipos duros que al hablarle de sus
genitales lo convierten en una cuestión de estado; tipos duros que inventan
excusas por no soportar el vacío , la desesperanza, la perdida y que se
resisten a ser dominados por los sentimientos; tipos duros soñadores que se
imaginan viviendo una vida mejor. STOP. Creo que aquí podemos encontrar otro de
los mensajes del autor, conocido por sus artículos en los que suele poner el
dedo en la llaga sobre los desequilibrios que ve en el mundo, sobre las
injusticias,… ¿Y no es una injusticia que las parejas no puedan vivir hoy sus
vidas en libertad por tener que aguantar a sus mochuelos en casa hasta quién
sabe cuándo, o los abuelos no pueden disfrutar de su jubilación al tener que
cuidar los hijos de sus hijos?

Pero
no debéis desesperar. Si os fijáis bien en la lectura veréis que existe un rayo
de humor recorren gran parte de los relatos. Y es que aunque Andrés pueda
pensar, como muchos pensamos, que las cosas no van bien en el mundo, también
piensa que una sonrisa siempre ayuda y la lectura de Tipos duros también ayuda limpiar el alma.

Título:Tipos duros

Editorial: La Isla de Siltolá

Páginas:184

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Yo soy locura – Andrés Ortiz Tafur


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