Premio Amazon 2020: Semana 12
«Anécdotas del Premio (II)».

Semana 12 del seguimiento del Premio Literario de Amazon. Esta semana comparto anécdotas del premio muchas de ellas relacionadas con llamadas, por eso en la imagen sale un teléfono.
Pesan como losas las semanas. Doce llevamos y no creo que sea el único que tenga la sensación que esto se está haciendo muy largo.
La semana pasada compartí con vosotros algunas de las anécdotas que me habían hecho llegar los participantes de otras ediciones.
Hoy quiero seguir compartiendo algunas, pues creo que es una buena forma de amenizar este tiempo de espera.
¿Queréis conocerlas?

ALGUNAS ANÉCDOTAS
En la entrada de la semana 11 encontraréis otras fantásticas anécdotas sobre el Premio Literario Amazon.
INCOMUNICADO
Ager Aguirre
Yo te voy a contar una del año 2018, año en el que quedé finalista.
Ese año me llamaron para comunicármelo el día 17 de septiembre. Yo no le creí y la chica debió tomarme por más soso que una sopa de agua tibia. El caso es que me dijeron que no podía decir nada hasta el día siguiente y yo, que soy de hacer deporte tumbado, me fui al monte para no tener cobertura en el móvil ni estar frente al ordenador. ¡Casi me ahogo subiendo y me quedo sin ver el anuncio del premio!
El caso es que al día siguiente, 18 de septiembre, es también mi cumpleaños. Así que no di a basto para responder felicitaciones a lo largo de todo el día.
LA LLAMADA INSISTENTE
F.G.Labandal
Mi mujer estaba embarazada de siete meses. Íbamos retrasados a una ecografía. Estresados, nos preparábamos para salir. Comenzó a sonar mi teléfono celular, y al ver que era un número desconocido, no atendí. Acá en Argentina (intuyo que en España también), las compañías de internet y las telefónicas te acribillan a promociones. Nunca se rinden. Son más insistentes que un hombre enamorado.
Durante el viaje en auto, a una velocidad mayor a la permitida, hacíamos saltar todos los radares. Y el teléfono siguió sonando. No lo apagué porque recibo también noticias del trabajo, pero lo silencié, lo dejé en vibrador.
Entonces vibró y vibró.
Mi mujer no se dio cuenta. Espié convencido de que era el mismo número. No me equivoqué. Diez llamadas perdidas. Los insulté en varios idiomas. ¿Cómo era posible semejante falta de respeto? Sabían que no quería atenderlos. Y en ese momento me avivé del error. Si los atendía, dejarían de molestar de una buena vez. Toqué le botón verde y escuché una voz que preguntó por mi nombre. Ni afirmé ni negué. Le aclaré que no estaba interesado en nada de lo que me propusieran y les agradecí. Antes de que les cortara, la persona al otro lado de la línea volvió a mencionar mi nombre. Eso me llamó la atención. Fue lo que se distanció de aquellos vendedores.
Era Carlos Liévano, en ese entonces responsable de KDP de Amazon. Me contó que estuvieron a punto de desistir, y meter a un suplente de finalista. Jamás los habían rechazado tanto, dijo medio en chiste medio en serio.
Me había inscripto en el Premio Literario de Amazon por consejo de un colega. Me convenció porque «me tenía fe». Estaba acostumbrado al mundo de la publicación tradicional, y era el primer libro que publicaba en la plataforma. No conseguí ni una reseña al finalizar el plazo. Imagínate la sorpresa que me llevé con la comunicación de KDP.
QUEDARSE EN BLANCO
Ana Ballabriga
Una tarde, sonó mi móvil en la otra punta de la casa. Corrí por el pasillo hasta llegar a la habitación de estudio y coger el teléfono.
Entonces una mujer, muy amablemente, me dijo que éramos los ganadores del premio. Yo había fantaseado muchas veces con este momento y pensé que me pondría a gritar y dar saltos de alegría.
Pero mientras la mujer hablaba para darme las típicas indicaciones de no decir nada hasta que no se hiciera público y ese tipo de cuestiones yo me quedé en blanco, completamente callada, no entendía nada de lo que me estaba diciendo. Me tuvo que llamar al cabo de un rato esperando que yo ya estuviera centrada. Después de colgar me puse a gritar por toda la casa.
EL MILAGRO DE AMAZON
Andrea Golden
En 2015 participé por primera vez, no tenía ni idea de lo que era el Premio Literario de Amazon, poquitas nociones de autopublicación y mis redes sociales no llegaban a 50 amigos/familiares. A la noche siguiente de subirlo a la plataforma (una madrugada calurosa de agosto) me fijé que me había metido entre los 100 más vendidos de Amazon y, directamente, unos días después, en la primera página del premio. Mis ojos parecían el emoticono del estrellato.
Gran diferencia con los días actuales. ¡Eran otros tiempos, sin duda!
PREJUICIOS
Ana Ballabriga
Asistimos a varios festivales de novela negra presentando la novela con la que ganamos el premio, Ningún escocés verdadero, y notamos ciertas reticencias a priori sobre nuestra obra por estar publicada por Amazon Pusblishing. Intentamos, en cada encuentro, que la gente comprendiera que en Amazon hay muchas obras muy buenas y otras muy malas, como en las ediciones tradicionales de libros. Y que, además, en Amazon un escritor medio podía ganar mucho más dinero que un escritor medio en una editorial tradicional. No estamos seguros de haberlo
conseguido, quedan muchos prejuicios acerca de la publicación en Amazon.
 
Me encantaría que siguiéramos conectados más allá de esta entrada y que pudieras conocer un poco más de cerca mi faceta como escritor. Por todo ello te invito a que formes parte de mi lista de correo. Además, te llevas una de mis publicaciones de regalo. ¡¿TE APUNTAS?!

Visited 2 times, 1 visit(s) today

Entradas relacionadas

Un comentario en «Premio Amazon 2020: Semana 12
«Anécdotas del Premio (II)».
»

  1. Qué bonitas experiencias. Recibir una llamada de premio es siempre una sorpresa y una confirmación del trabajo duro.

Deja una respuesta