Mañana es el día siguiente de Mario Marín (2018)

Mañana es el día
siguiente
de Mario Marín es una novela poco convencional a la que es difícil llegar a la
página cuarenta si no viene recomendada por Marta Marne (Leer Sin Prisa) o te
fijas muy bien en el párrafo inicial:

«Esto me
ocurrió hace solo un año. Me embarbasqué sin freno. Y en cualquier momento
vendrán y me llevarán. Estaré en la terraza, viendo algún catálogo de los van
Eyck, o de Botticcelli, o de Ribalta. Entrarán con un ariete gritando que al
suelo y me dejaré coger».

No
sé a vosotros, pero una novela con tempo lento, que va hablando de cómo se va
organizando una huerta no acaba de atraerme. Y eso es lo que sucede en esas
primeras cuarenta páginas, pero con una salvedad: sabes que tiene que suceder
algo, algo muy gordo.

Además,
el registro literario del autor me ha parecido exquisito. Utiliza en muchos
momentos lenguaje coloquial que le da una fuerza brutal al texto y lo impregna
de realidad y lo utiliza como nunca antes lo había leído. Es para poner de
ejemplo en clase de narrativa de cómo utilizar el lenguaje coloquial al
escribir un texto.

Todo
ello consigue que la historia te atrape y tengas ganas de saber que pasará.

Pasadas
esas cuarenta primeras páginas has cruzado la línea de no retorno.

Y
pasa algo gordo.

En
ese momento, las raíces de la novela te tocan de lleno, incluso consigue que
hagas un ¡aj! de repulsión.

El
autor razona o más bien el personaje nos explica cómo ha llegado a ese punto, y
logra convencerte. Y te miras a ti. Incluso vas al espejo y te miras juntando
casi nariz con nariz, y te preguntas: ¿me podría pasar a mí? Y tienes miedo de
contestar porqué sabes la respuesta.

Y
la novela sigue, la huerta, el suceso, y la gran fuerza del campo onubense.
Creo que Mario Marín también tenía ganas de explicarnos que a pocos kilómetros
de la capital, Huelva, hay campos de conreo que muchos desconocemos; que la
huerta onubense no tiene nada que envidiar a las otras y que Huelva es algo más
que mirar al mar.

Todo
está muy medido. Estad muy atentos a las conversaciones, pues en ellas está la
explicación de un convincente final de novela y de que mañana sea el día
siguiente.

Dice
Marta Marne en su reseña, que de eso sabe un rato, que quizás se lleve el Premio Memorial
Silverio Cañadas 2019 a la mejor primera novela negra. Quizás sí. Yo como
mínimo creo que debería estar entre los finalistas. No puedo asegurar más al
faltarme mucho por leer.

Si
queréis leer algo verdaderamente diferente, negrocriminal y de calidad, Mañana es el día siguiente es una buena
elección.


 SINOPSIS


Esta novela es una crónica del mal en estado puro. El mal como rutina. Un hombre joven y ocioso, que practica el running por vicio y que atiende el huerto de un amigo, se empecina en una discusión con un vecino y transforma su vida, como quien cría palomas o colecciona sellos, en la de un sádico cruel. Pero es una historia tan inmoral que su malvado desenlace provoca una sonrisa en el lector horrorizado. Y sonreír al mal no debe ser muy encomiable, aunque Stieg Larsson o Quentin Tarantino tengan tantos millones de seguidores. Con una prosa que va matando moscas de manera certera, Mario Marín recrea un paraje que nos trae aires del Santuario de Steinbeck o del Tiempo de silencio de Martín Santos. Con esta obra se confirma que el asombro que su anterior novela, El color de las pulgas, causó a los editores, no fue casualidad.

¿Te gusta Cruce de Caminos? ¿Quieres seguirme como escritor? ¿Quieres participar en sorteos exclusivos?

Subscríbete a mi lista de correo y descubre sus ventajas


MÁS INFORMACIÓN Y SUSCRIPCIÓN


¿TE GUSTARÍA ESCRIBIR/COLABORAR EN CRUCE DE CAMINOS? Se buscan colaboradores para el blog.

Visited 4 times, 1 visit(s) today

Entradas relacionadas

Deja una respuesta