Después
de leer El apagón creo que Esteban
Navarro tiene más posibilidades que nunca de meterse entre los cinco finalistas
del Premio Literario de Amazon.
Como
mínimo es el tercer año que lo intenta, o por lo menos, el tercer año que yo lo
leo. En 2016 lo intentó con Ángeles de granito, una novela bien ambientada, con toques sobrenaturales y que pasaba
muy bien, pero sin llegar al cielo. En 2017 lo intentó con Una historia del Universo y como dije en la reseña, creo que una
apuesta muy arriesgada para el concurso y muy lejos del target del autor.
Este
2018 lo vuelve a intentar con El apagón,
una novela que está un poco más cerca del Esteban Navarro que casi todo el
mundo conoce, ese que llegó a ser finalista del Premio Nadal 2013 con La noche de los peones, es decir, una
historia de misterio, suspense, investigación policial y, cómo no, un toque
tecnológico.
Sinceramente,
este tipo de novela de géneros cruzados son los que parecen gustar al jurado
del Premio Amazon y de verdad, no me extrañaría que este año sí, Esteban
Navarro esté entre los finalistas. Pero como siempre digo, los autores son
muchos, las buenas novelas muchas y es difícil colarse entre los cinco
primeros. Por lo pronto, durante las tres primeras semanas del seguimiento que hago del concurso la novela está entre las primeras y eso quiere decir que está
funcionando a nivel general.
Lo
dicho: suerte.
«Es
posible que el apagón no sea una maldición, sino que sea una bendición. Que el
apagón suponga la salvación de un mundo devorado por la tecnología. Un toque de
atención que nos haga ver que de no modificar nuestro comportamiento en el
mundo, todo tal y como lo conocemos llega a su fin».
El apagóncomienza un tanto a
trompicones. Demasiadas cosas a explicar, muchos personajes que se van
cruzando. Te pasas seis-siete capítulos un poco raro, pero la cosa se va
normalizando, el lector va reconociendo, no ya a los personajes, sino su importancia
dentro de la historia y eso hace que se sitúe con más tranquilidad dentro de
ella.
La
ambientación en el ficticio pueblo oscense de Novesilla está muy lograda. Pero
lo que más me ha gustado en la ficción histórica de ese pueblo y que seguro no está
muy lejos de ser realidad.
Dije
hace unos días en Facebook que mi satisfacción dependería casi por completo en
la resolución del libro, pues la historia va fluyendo y no le vale cualquier
cierre a la novela.
Y
la verdad, me ha gustado el toque que le ha dado Esteban Navarro a ese final.
No
os puedo contar mucho, pues es la sorpresa de la lectura, pero sí que os diré
que es algo que cuando se utiliza siempre triunfa por el misterio que le rodea
y por todas las historias que se pueden contar y que, como el secretismo es
tanto, pueden ser perfectamente creíbles.
Páginas: 285
SINOPSIS
En un pequeño pueblo del norte de España, de forma misteriosa, ha dejado de funcionar la electricidad. Pilas, baterías, móviles, vehículos o maquinaria se han convertido en meras piezas de decoración.
Históricamente el pueblo fue castigado duramente por la aviación republicana en la guerra civil y los vecinos conviven bajo el estigma de la guerra, ya que hay dos bandos claramente diferenciados.
Hasta que no se resuelva qué hace que no funcione la electricidad, el gobierno envía a varios agentes del CNI que tienen que investigar el asesinato del dueño de uno de los bares del pueblo, la violación de una chica en un camino que lleva al Astillero (la zona donde comienza a funcionar la electricidad), el suicidio del párroco de la ermita y el incesante deambular de agentes de otros países: norteamericanos y rusos, entre otros, ofreciendo enormes sumas de dinero a cualquiera que facilite una pista sobre lo que origina el conocido como «El apagón».
Las patrullas constantes de la Unidad Militar de Emergencia (UME) para garantizar la seguridad, choca con los cientos de turistas que llegan a diario al lugar fascinados por el insólito hecho.
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