#Reseña: Escucha la canción del viento y Pinball 1973 – Haruki Murakami (Tusquets)

SINOPSIS

Escucha la canción del viento (1979), la ópera prima de Murakami, sigue a un estudiante de veintiún años, sin nombre, de vacaciones en su ciudad natal, en agosto de 1970. El joven pasa el tiempo en compañía de su mejor amigo, apodado el «Rata», una chica con cuatro dedos en la mano izquierda y un barman. A estos personajes se suma la figura de un escritor (inventado): Derek Heartfield, con quien se abre y se cierra la obra.


Pinball 1973 (1980) se desarrolla tres años después. Ese mismo joven vive ahora en Tokio, con dos gemelas idénticas, mientras el «Rata» sigue viendo pasar la vida en el J.’s Bar. Una novela melancólica (con gatos, pozos y antiguas novias), en una atmósfera poética, que contiene las mejores escenas de pinball de la historia de la literatura.

Fue
una de las mejores noticias que recibimos los seguidores de Haruki Murakami el
año pasado: por fin se traducirían sus dos primeras novelas al castellano. Dos
novelas que, por lo que voy leyendo, no entusiasman al propio autor. Quizás las
continuas reticencias de este para que se tradujeran y publicaran en España lo
demuestra. Una vez leídas creo que son novelas de coleccionista, para los
amantes del japonés, para los que quieran conocer el germen de su escritura y
no creo que sean para su descubrimiento. No sería recomendable comenzar a leer
a Murakami por Escucha la canción del viento y Pinball 1973. Si hiciéramos un ranking de las mejores novelas del
autor creo que estas dos ocuparían uno de los últimos lugares, pero cuando un
seguidor de Murakami se enfrenta a la lectura de dichas novelas no está
pensando en el ranking y sí en la forma, en el momento, en la magia de los
inicios.

«escribir
no es un método de autoayuda: como mucho, es una humilde tentativa.»

Su
una cosa se puede destacar de la lectura de las dos primeras novelas del
japonés es el prólogo que el mismo escribe y en el que explica cómo se inició
en la escritura, así como pasajes de su vida, algunos conocidos, otros no
tanto, pero que siempre gusta leer a un fan. Creo que podría dar para mucho más
y no sé yo si está entre sus ideas escribir un texto un poco más completo de
esas vivencias, aunque no nos engañemos, muchas escenas que hemos leído en sus
novelas son un tanto autobiográficas y por tanto de alguna forma ya lo está
haciendo.

«para
crear arte la esclavitud resulta imprescindible. Como en la Antigua Grecia.
Allí los esclavos cultivaban la tierra, preparaban la comida, remaban en los
barcos, y mientras tanto, los ciudadanos se dedicaban a componer poemas,
resolver problemas matemáticos. Eso es arte.

Alguien
que a las tres de la mañana rebusca en la nevera no puede escribir más que esto
que escribo.»

Después
de estas dos obras vendría La caza del
carnero salvaje
en la que demostraría que el escritor es un inventor de mundos
propios de primer orden, al igual que se intuye en la primera de sus novelas y
mucho más en la segunda en la que creo el autor comenzó a experimentar y diría
que estaría dentro de sus rarezas.

«pienso
que si uno, cada vez que escribe, no se vuelve un poco más sabio, entonces no tiene
ningún sentido escribir.»

Los
entendidos ponen en contexto los dos textos y nos cuentan que para su época
fueron excepcionales, ya que Murakami se atreve a escribir de forma diríamos
anglosajona; tanto es así que la primera novela fue escrita en japonés y no
contento con ella la tradujo al inglés, sin dominar el idioma, para finalmente
volverla a traducir al japonés en un intento de pulir y pulir su escritura.
Pero lo que logró Murakami cuando se dice que escribe de forma anglosajona es que
habla del Japón, de sus costumbres, de sus personas, pero como si no fueran
japoneses aún siéndolo. Creo que esa es una de las virtudes que tiene el
japonés y que nos engancha tanto. Otros no lo han hecho y por eso su público es
más reducido. Ello en si no es bueno ni malo, cada cual actúa como le plazca,
simplemente es aportar un dato contextual para situar las dos novelas.

Y
hablando de enganchar. Como nos engancha la prosa del japonés. Si lo hiciera
otro igual que él quizás dejaríamos de leer y pasaríamos a otra cosa. ¿Por qué
se lo permitimos a él? Creo que tiene que ver con la magia de sus palabras, con
el enganche emocional que consigue con el lector al hablarle de un tal Rata y
conseguir que empaticemos con él, que queramos saber más cosas de él. Pero
también tiene que ver con la construcción de su mundo, en cómo sitúa los
personajes, en la música que siempre acompañan sus texto, en los gatos,
elefantes, mujeres misteriosas, en ese amor platónico de sus novelas… Por
eso, y por muchas cosas más, no dejamos de leer a Murakami.

Y
para finalizar la reseña un apunte que para mí tiene mucha importancia. A
medida que iba leyendo iban creciendo mis ganas de escribir. Creo que esos magnetismos
son importantes, pues generan fuentes de satisfacción. ¿Cómo se consigue eso?
¿Por qué me pasa? Ahora mismo no lo sé, pero sé que ha pasado y os lo quería
explicar.

Título:Escucha la canción del viento Y Pinball 1973

Editorial:Tusquets

Páginas:288

Traducción:Lourdes Porta Fuentes

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