Reseña: Ángeles Robados – Shaun Hutson (Tyrannosaurus Books)

 SINOPSIS

¿Qué ha podido empujar a tres hombres normales y corrientes —un topógrafo, un contable y un arquitecto— al desesperado acto del suicidio? Esa es la cuestión a la que se enfrentan el inspector jefe James Talbot y la periodista Catherine Reed, quienes tendrán que relacionar estas muertes con una serie de profanaciones en el cementerio local. Cada tumba exhumada pertenece a un niño. Mientras Catherine investiga estas atrocidades, su hermano descubre que varios de los alumnos del colegio en el que da clases muestran claros signos de abuso físico. Al parecer, lo que todos temían se está convirtiendo en realidad… una red de pedofilia a gran escala. Pero la sombra del abuso infantil no es más que la punta de un iceberg aterrador. A medida que se hace más urgente averiguar la verdad, Catherine y Talbot descubren que algo mucho más oscuro podría estar detrás de todo aquello, algo que no solo pone en peligro sus vidas, sino también su cordura.

Es
de agradecer que editoriales como Tyrannosaurus
Books
nos acerquen a un escritor un tanto desconocido en España como Shaun Hutson, pues merece mucho la pena
leerlo y más con la magnífica traducción de Javier Martos. Es la segunda novela que leo del autor, después de
la genial Slugs, y la segunda
traducida por Javier Martos y no sé si el autor en inglés es fluido, pero lo
que es en castellano, mucho y eso tan solo es mérito del traductor.

Ángeles
robados no es una novela fácil de leer.

Fue
escrita en 1994 cuando el autor no era padre aún. Poco después de publicarse
fue padre un hecho que hizo cambiar su percepción de lo que había escrito y que
le obligó en 2013 a escribir un prólogo a la novela dónde nos explica
justamente eso, que cuando uno no es padre ve las cosas de una forma y que cuando
lo es las ve de otra forma. Incluso llega a insinuar que quizás nunca hubiera
escrito una novela como Ángeles robados siendo padre.

Yo
no soy padre, creo que no hace falta ser padre ni madre para horrorizarse ante
lo que nos encontramos en la novela. Por suerte, el autor tiene un poco de
tacto y no aprovecha para hurgar mucho más en la herida; lo que nos cuenta es
suficiente sin pasarse, aunque parezca mentira por lo que podréis leer, de
escabroso.

La
novela vuelve a ser muy visual. Si en Slugs veíamos babosas por todos lados, en
Ángeles robados tenemos momentos impagables con el final del capítulo uno, o el
capítulo treinta y uno como indica el Dr.Motosierra
entre muchos otros momentos. Shaun Hutson sabe crear la atmosfera perfecta para
que nos coja desprevenidos, es la montaña rusa del lector que se sobresalta y exclama.
Cómo me gustan esos momentos.

Y
qué decir del capítulo final y esa vuelta de tuerca maléfica que redondea una
adictiva lectura.

No
puedo destacar ningún personaje sobre otro, aunque quizás el policía y la
periodista estuvieran un punto por encima del resto. Yo creo que no es una
novela de personajes corales. Es más una novela de secundarios, una novela
contada pieza a pieza, al principio desconectadas para luego irse atrayendo en
un gran cuadro y cómo decía, con unos muy buenos secundarios que van dan el
juego necesario para mantener la llama del interés por la novela que no baja en
ningún momento con lo difícil que es eso.

También
pienso que el autor ha sabido poner lo justo de cada personaje en lo que a vida
personal respecta para que el lector se interese por él sin que le canse.

Ángeles
robadas es un buen thriller, es un gran drama, es una buena novela criminal, y
creo que es una novela de la que te esperas menos, de esas que te dan mucho más
y no solo la reflexión y la desaprobación total a todo lo que sucede de
criminal en ella, sino por todo lo demás y principalmente por cómo está
hilvanada.

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