En los libros de Zarzo Escribano siempre podemos utilizar aquella frase de que la realidad supera la ficción. Además, con su característico toque literario las historias ganan en fuerza.
Cuando vi el título, “La sangre naranja”, no podía imaginar lo que se escondía tras él. Una vez lo descubres te das cuenta del gran acierto del título, aunque, así de primeras, no rompa como lo hacen otros, pero está claro que es una síntesis de lo que vivirás leyendo la novela.
Desde el primer momento sabes que es una adaptación libre de un crimen real, pero me gustaría reivindicar la nota de autor al final del libro. Creo que historias así deberían tenerla para separar lo real de lo ficcionado. A mí, como lector, me gusta mucho conocer esa parte y dejar de hacerme preguntas. No estoy diciendo que se diga exactamente de qué crimen se está hablando, solo sí, no quisiera hacer spoiler y para que sirva de ejemplo, si lo que pasa en el pasado es real o ficcionado, pues de ser real sería la ostia y de ser ficción, bravo por el autor y su imaginación.
Es curioso, la anterior novela que leí estaba ambientada en Asturias. Esta también. Un lugar mágico para poner unos personajes a interactuar.
Zarzo Escribano es un buen lector o como mínimo, tiene buen tino eligiendo lecturas. Si lo seguís en Instagram os daréis cuenta. Aquí le hace un homenaje a Alexis Ravelo cuando utiliza una de sus más célebres frases extraídas de una novela de la que fui prologuista en su versión argentina.
Sobre la historia. Una complicada investigación. Es difícil tirar de un hilo enterrado durante años y poder llegar a resolver un caso. Creo que el autor lo plasma de forma muy real. Incluso el valle que se produce en una parte de la novela hace que sientas el bajón de los propios investigadores.
Y como es marca de la casa. Todo se acelera al final de la novela. La historia salta por los aires y descubres lo que se escondía tras ella que no es poca cosa.
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