El reino de los olvidados de Alexander Rhode
«Un thriller que casi no deja respiro y escrito bajo pseudónimo».

 

El reino de los olvidados, escrita bajo el pseudónimo de Alexander Rhode, es un thriller que no deja casi descanso en sus más de seiscientas páginas. ¿Y yo me pregunto? ¿Por qué una novela así está escrita bajo pseudónimo? Estoy convencido que un texto como este encontraría acomodo en alguna de las editoriales tradicionales. ¿Quién no quiere un libro así en su catálogo? Además, en las manos de un editor seguro que el texto aún ganaría más.
 
Como dato curioso, la novela salió a la venta la primera quincena de junio del 2019 y ya me llamó la atención, pues la incluí en mi post de novedades de esa quincena.
 
Otro dato. El propio autor nos cuenta que es un escritor que vendió más de 35000 copias de sus libros entre 2018 y 2019. Es decir, un superventas dentro del mundo de autores independientes.
 
El inspector Robert Garland es reclamado por un suicida. La mujer de este ha desaparecido y demanda que sea el inspector quién la encuentre. El inspector inicia la búsqueda y se topa con pistas que llevarán a reabrir un caso cerrado hace quince años, un caso en el que su hija mayor había desaparecido.
 
Y aquí es donde comienza la magia de las tramas y subtramas. No me quiero ni imaginar por un momento lo grande que tenía que ser la pizarra en la que estaba todo apuntado y el cómo las flechas se iban cruzando para cerrar las historias.
 
Creo, que más que nunca, nos encontramos ante una novela que es un puzle de personajes en los que todos tienen alguna cosa a decir dentro de la trama de la novela.
 
El dolor, la soledad, la falta de amor, la falta de esperanza son puntos que se va repitiendo en la definición de los personajes. Todos necesitan aire, ver una nueva luz, que alguien los coja de la mano y les diga que son importantes para sus vidas. Y es que en nuestro día a día algunas veces olvidamos el decir te quiero y nos acostumbramos a no hacerlo para, simplemente, dejar de hacerlo. Todos esos momentos van hilvanándose junto con la historia de las desapariciones que sigue avanzando inexorable.
 
No puedo explicar mucho de lo que os encontraréis, pues rompería un poco la gracia del descubrimiento. Pero si os puedo decir que me he encontrado con elementos conocidos, aunque adaptados, que viví en la lectura de una de las mejores novelas de Darío Vilas, Lantana. Otra de las cosas que se volverán clave en la novela es un clásico entre los thriller que se tornan apocalípticos.
 
Personalmente, me ha gustado mucho más toda la primera parte de la historia que la segunda cuando entran en juegos los elementos antes esbozados. Para mí, la fuerza de los personajes ya han sido explotados en la primer parte. En la segunda se pasa más a la acción y a mí como lector me aporta mucho menos, solo es cuestión de seguirla y ver cómo acaba. Pero ojo con dónde ponemos los pies.
 
Dentro de los grises, creo que no me ha acabado de gustar la relación entre dos de los personajes. Es una relación tóxica con violencia de género de por medio y en
algunas escenas creo que el autor se ha excedido con la suerte de los personajes.
También hay otro personaje escondido tras el anonimato de un ordenador que me ha parecido demasiado estereotipado. No hacía falta. La descripción del personaje en el momento que le vemos el rostro da grima.
 
Teniendo en cuenta esos pequeños flecos, creo que es una historia atractiva, muy bien estructurada y contada, con todos los elementos propios de thriller en el que
descubriréis la planificación del asesinato más grande jamás visto.
 
 
 
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